Recorriendo galaxias en mi nave espacial
—Oye, que es por ahí, te has saltado la salida- dijo ella señalando el cartel.
—Tranquila cariño —responde Juan con resignación-. Que esta galaxia la domino como la palma de mi mano, no ves que me la he recorrido muchas veces en viaje de negocios.
—¿Pero estás seguro? Que ya me conozco yo tu sentido de la orientación —contesta María con un tono de estar poco convencida.
—Que sí. Continuamos 3 lunas, torcemos a la derecha en el segundo asteroide, perseguimos a las Perseidas y así nos evitamos todo el jaleo de la chatarra espacial —responde con resignación mientras acompaña sus palabras gesticulando con el brazo.
La basura espacial…ahí estará mi último microondas
—Eres como el hombre del siglo XXI que encontramos en la excavación y estamos estudiando en el museo. ¡Tampoco hacían caso del navegador!
—¿Y eso cómo lo sabes? Me parece a mí que los arqueólogos os inventáis lo que os da la gana. Como el único testigo está más tieso que la mojama, no se va a levantar a llevaros la contraria.
—Eres un zoquete. Lo sabemos porque junto a los cuerpos estaba el diario de su sufrida mujer.
—¿En papel? Pensé que ya nadie escribía así en el siglo XXI
—Pues parece ser que todavía había algunos raritos que lo hacían. En una de las anotaciones de la esposa decía “ Hoy, Javier ha decido pasar del GPS y tomar un atajo para evitar el atasco que solo él se conocía. Es cierto, lo evitamos, pero porque íbamos en dirección contraria al resto. Para cuando llegamos a la playa ya estaba anocheciendo y en lugar de reconocer que se había perdido me dice que menuda puesta de sol más romántica a la que me ha traído”
Ahora conducimos naves espaciales, pero seguimos igual
—Bueno, al planeta al que vamos el sol se pone cada 73 minutos, fijo que ves alguno -dice Juan con sorna-. De todas maneras, en estos siglos los hombres hemos evolucionado mucho. Yo por ejemplo hasta pongo la lavadora y plancho.
—Querrás decir que se lo pides al androide para que lo haga —responde indignada
—Ya claro. Tú siempre aseguras que el androide y tú no os entendéis bien. No me dices que te molesta que le digas que no te pasa nada y que se marche sin insistir.
—Claro, es que ese bicho no entiende mis sentimientos, seguro que lo programó un hombre.
—Eso seguro, si lo hubiera hecho una mujer realizaría 5 tareas a la vez sin terminar ninguna —afirma Juan mirándola con una sonrisa burlona.
Bienvenidos al turismo espacial
—¡Ah sí!, pues ya que veo que os entendéis tan bien, la próxima vez se la metes por el puerto USB y a mí me dejas tranquila ¿vale?- contesta devolviéndole la sonrisa mientras le acaricia la nuca.
—Vaya, y yo que pretendía que nuestro viaje espacial fuera también especial.
PD1: esta es la versión extendida de una de mis participaciones en el concurso de Instagram de @microrelatosies. Espero que os guste.
PD2: y vete tomando nota, porque ahora que Jeff Bezos nos va a llevar el espacio, esto está cada día más cercano. Eso sí, un viaje espacial no tiene un precio barato, pero viendo lo que ha hecho con Amazon, este hombre es capaz. Ve ahorrando.
si es qeu alas mujeres no las entiende ni el androide....salvo a la mia que es una santa
ResponderEliminarclaro, claro, no hables mal de la propia que duermes en el sofá, jajaja
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