¿Conoces el efecto dominó?
Javier olvidó poner pilas nuevas al despertador y éste se
paró en mitad de la noche. Se despertó más tarde de lo habitual y abrió su quiosco
con treinta minutos de retraso.
Germán no pudo comprar el periódico antes de abrir su tasca.
A media mañana cerró el local para comprarlo, por lo que cuando llegó el
distribuidor de vinos tuvo que esperar unos minutos provocando un pequeño
atasco.
El autobús no pudo cumplir su horario y Jesús llegó tarde a
su examen de termodinámica, suspendiendo la asignatura auqnue conocía las respuestas. Sus padres lo
castigaron sin salir ese fin de semana. No pudo ir con sus amigos al concierto
ni declararse a la chica de sus sueños, que comenzó una relación con Dani.
Dani, cual adolescente enamorado, ya no tenía tiempo de
pasear al fox terrier de su tía Bea, que empezó a levantarse media hora antes
cada mañana, provocándole muy mal humor. En la tienda donde trabajaba lo
notaron y acabaron despidiéndola.
Todo ello provocó continuos desencuentros en
su matrimonio y le pidió el divorcio a Javier. Ahora, él se lamenta de su
desgracia, pero si conociese el efecto dominó, hubiera gritado a los cuatro
vientos… ¡mi reino por unas pilas!